Compañeras y Compañeros Perremístas.
Me dirijo a ustedes por la motivación de estos días de gracia, que independientemente de las credos que cada uno profese, se revisten de una atmósfera que invita a hacer una parada, a pensar y a cuestionar ciertos aspectos que, quizás por el peso de la rutina, ignoramos o dejamos pendientes para después.
Diversos son los momentos en la vida de un ser humano que implican un punto de inflexión, un antes y un después; esos momentos son el resultado de revoluciones que a veces pasan desapercibidas.
Permítanme invitarles a una reflexión, ninguna montaña es demasiado alta o demasiado escarpada si la fortaleza de la fe es lo suficientemente férrea, no sólo para mover esa montaña sino para escalarla mientras intentamos llegar a la cima, sigamos firmes en la intención y aprendamos la lección de cada parada del trayecto.
Un abrazo fraternal.
Antonio Gómez Peña.