Queridos amigos y compañeros, en esta Semana Santa que para muchos es un período de días de descanso, para otros se trata de la conmemoración anual de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, quería aprovechar la ocasión para invitarles a reflexionar sean practicantes o no.
Atravesamos momentos muy difíciles que nos afectan a todos, pero en especial a tantas y tantas familias que lo están pasando muy mal. Tenemos unos gobernantes y funcionarios que dejan mucho que desear, incapaces y corruptos, los cuales, en vez de buscar soluciones que nos beneficie a todos dedican sus energías a sacar provecho. Intentemos no perder la ilusión y enfrentar el porvenir con optimismo, porque creer nos da la fuerza para vivir y seguir hacia adelante.
Queramos hacer de estos días un tiempo de unión familiar lleno de energía y esperanza y en la medida de lo posible dar nuestra mano al prójimo, debemos enaltecer el valor de la fraternidad. No nos detengamos en la coyuntura de lo conflictivo, sino a que nos abramos unos a otros para ser auténticos constructores de paz. En el centro de cada diálogo sincero está, ante todo, el reconocimiento y el respeto por el otro. Sobre todo está el “heroísmo” del perdón, que nos rescatan del resentimiento, del odio y abren un camino realmente nuevo.
A aquellos que se van de vacaciones, les deseo enormemente que disfruten este período de descanso, pero sobre todo que tomen las medidas de prevención necesarias para evitar el luto y el dolor, pues debemos recordar que en estas fechas celebramos la vida, no la muerte.